Por: Lisa Mulliken
Mire en cualquier salón de bebés o niños pequeños y verá colecciones de libros en el área de lectura o en contenedores alrededor del espacio. Puede ser abrumador e incluso frustrante a veces para los maestros cuando usan libros con bebés pequeños, bebés que quieren masticar libros o con niños pequeños que se mueven constantemente. Entonces, ¿por qué compartimos libros con bebes y niños pequeños?
Los libros fortalecen el vínculo entre los niños, los cuidadores, las familias y las comunidades. Los libros proporcionan una actividad que puede ser disfrutada tanto por el niño como por el adulto. Acurrucándose juntos con un gran libro fortalece las relaciones, ya que la actividad compartida y la cercanía física brindan al niño una sensación de seguridad y calma. Los libros cuentan historias sobre cómo las personas cuidan y aman a los demás, pueden calmar los temores de los niños y ayudarlos a hablar sobre las emociones. En Llama, Llama Rojo Pijama (Llama Llama Red Pajama) por Anna Dewdney, Llama esta recostado en la cama sólo y está preocupado porque piensa que su mamá nunca regresara a su habitación. Cuando su mama regresa, los niños se tranquilizan y tienen la oportunidad de hablar sobre sus propios sentimientos y temores. Un grupo pequeño de niños con un maestro que leen informalmente un libro sobre el zoológico recibirán nuevas palabras y experiencias para probar durante su juego con bloques y animales de plástico. Los libros también ayudan a los niños a aprender que pueden tener experiencias similares o diferentes que otras personas, pero también compartir los mismos sentimientos o preocupaciones.
Los libros brindan a los niños nuevas experiencias fuera de su mundo cotidiano. Cuando un maestro lee Un Dia de Nieve (The Snowy Day) por Ezra Jack Keats a un niño pequeño que nunca ha estado en la nieve, se le presentan nuevas palabras de vocabulario, como traje de nieve y alpinista/montañero, y se preguntan sobre el sonido de los pies crujiendo en la nieve y lo que le sucede a una bola de nieve en un bolsillo. Los libros alientan a los niños a pensar en las experiencias que han tenido y las que ocurrirán en el futuro. Mientras una maestra y un bebé comparten el libro titulado ¡Ñam! ¡Puaj! (Yummy Yucky!) por Leslie Patricelli, la maestra le señala la imagen de la banana/plátano y le dice al niño que él/ella debe pensar que las bananas/plátanos son deliciosos porque se las comió todas durante el desayuno. Luego, el maestro señala y nombra otros alimentos en el libro y le pregunta en voz alta si el niño tendrá alguno de esos alimentos en su almuerzo.
¡Recuerde, nunca es demasiado temprano para introducir y leer libros con niños! Compartiendo libros con bebés y niños pequeños apoya el aprendizaje al sumergirlos en sonidos, palabras y lenguaje; fortalece las relaciones; proporciona experiencias enriquecedoras; y fomenta el amor por los libros para crear lectores de por vida.
Referencia: Birckmayer, Jennifer, et al. De canciones de cuna a literatura: Cuentos en la vida de bebés y niños pequeños (From Lullabies to Literature: Stories in the Lives of Infants and Toddlers), NAEYC, 2008